José María Garrido, voluntario de Alicante, lleva cinco años, aproximadamente, de trayectoria de voluntariado. Aunque desde muy joven siempre ha tenido ese impulso de ayudar a los demás, y aportar parte de su tiempo a quienes más lo necesitan.
Mientras trabajaba, José María colaboraba en actividades puntuales pero fue a partir de su prejubilación, cuando ha podido disfrutar de mayor disponibilidad para dedicar su tiempo y energías a su faceta de voluntario.
De todas las iniciativas en las que ha participado, recuerda con especial ilusión su paso por el programa Cooperantes que le llevó a la República Dominicana a conocer otra realidad distinta y poder aportar su granito de arena.
Ahora, desde casa, José María está participando en Cartas contra la soledad, enviando sus cartas y textos a personas mayores en residencias, “les cuento un poco mi vida, les hablo de mi familia, mi historia… Sobre todo les mando muchos ánimos e intento hacerles pasar un rato en compañía aunque sea leyendo las cartas”. Aunque no reciba respuesta, asegura que seguirá enviando más, porque el esfuerzo y el tiempo que le requiere es mínimo comparado con la ayuda que genera.
Ahora, todos tenemos capacidad y tiempo, tenemos casi la obligación de colaborar.
José María tiene claro que lo que cuesta es empezar y dar ese primer paso, y por eso anima a aquellos voluntarios que todavía no se han lanzado a participar en iniciativas online. “Que no lo piensen mucho y empiecen. Lo que cuesta es empezar, luego se te va metiendo el gusanillo y te demuestra que esa ayuda tiene mucho valor”.
En este sentido, insiste en la gran oportunidad que tenemos ahora para poder colaborar y aportar a la sociedad, “nos requiere muy poco, simplemente con dedicar un mínimo de tiempo al mes ya habremos hecho mucho”.